17 de septiembre de 2011

Buenos días, princesa!


Despertar, y sentir su cuerpo bajo mi brazo, su mano junto a la mía.
Una acompasada respiración, interrumpida únicamente por una sonrisa que nace de mis labios al oírle respirar.
Y entonces, un leve movimiento que le sitúa enfrente de mi, abriendo lentamente sus ojos y regalándome la primera mirada tierna del día, la primera sonrisa que me hace estremecer.
Y entonces, un dulce abrazo que desprende infinita ternura, infinito amor.
Y justo después, surge el beso de buenos días. Uno de los besos más sinceros y enamorados que recuerdo.

Así son los despertares a su lado, y aunque puedan ser escasos, no los cambiaría ni por todo el oro del mundo.
La sensación de felicidad que me producen no es comparable a nada.
Y pensándolo bien, eso es el amor.

Es uno de los mejores momentos que compartimos, pero los demás tampoco tienen comparación.

Eres infinitamente increíble. No tengo palabras para describir este sentimiento, porque decirte "te amo" sería un símil mediocre de todo lo que podría llegar a decir.


Eres mi vida, mi vida entera.
Lo mejor que me ha pasado en mis, casi, 18 años de vida.







LLÁMAME, PERO SIN LL.

7210, siempre!



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