28 de enero de 2012

Parte 1.

Diciembre de 2009 fue un mes terrible.
Tiempo en familia.
Una familia que nunca jamás tendrá todo lleno de días de colores brillantes y sonrisas agradables. Una familia que, aunque recompuesta, en realidad estaba rota.

Eso no era lo único que me preocupaba. Porque en cierto modo, sabía que no tenía solución.
Era algo que venía de muy lejos. Algo que habíamos intentado arreglar millones de veces, pero que desafortunadamente, ni ellos, ni yo, podíamos cambiar.

Me ceñía a las pautas de convivencia: "Buenos días", "Gracias", "Por favor".
Que pareciera que no nos queríamos no quería decir que tuviera que faltar el respeto.
Aunque sí, la mayoría de las veces, los gritos y las impertinencias era lo único que las paredes de nuestra casa guardaban en su interior. Si pudieran hablar, no te contarían nada bueno.

Pese a todo, jamás dejé de lado la sonrisa.
Una sonrisa que en muchas ocasiones parecía perderse en el infinito.

Despertarse y pensar que nadie sufriría si no hubieras despertado. A eso me refiero.
Sentir que nadie te echaría de menos sin un día decidieras desaparecer.
Pero no podía creer las posibilidades que mi cabeza barajaba. Así que mi cerebro creó un mundo donde era imposible entrar para el resto de la gente.
Vivía en un mundo paralelo.
Un mundo que nadie comprendía, pero en el que pasaba horas y horas.

Un lugar creado por mi cabeza para escapar de los momentos en los que me sentía sola.
Y para aquellas fechas, el sentirme sola se había convertido en una dura rutina que abarcaba todos los ámbitos de mi vida.


*CONTINUARÁ...




14 de enero de 2012

Te confiaré mi mayor secreto.

“Aquí me tienes. Una pequeña niña escribiendo cualquier cosa que se le pasa por la cabeza. Escuchando la música de los problemas, para ver que se le ocurre”.

Y justo cuando le daba a la tecla del punto, se dio cuenta de que ya tenía el tema perfecto. Contaría su mayor secreto y nunca se lo dejaría leer a nadie. Aunque en el fondo ella sabía que alguien terminaría leyéndolo, y descubriría su único secreto.
Sé que ahora os estaréis preguntando qué fue lo que aquella pequeña niña escribió… Así que aquí lo tenéis...

“No se muy bien cómo empezar, ni cómo voy a escribir lo qué un día se me pasó por la cabeza, pero allá va, y que quede como quede, será la verdad, mi verdad.
Aquel dia había sido uno de esos en que no sabes qué puede pasar, solo sabes que nada irá bien. Uno de esos días en los que no te apetece hacer nada, no quieres sonreír y únicamente recuerdas que durante mucho tiempo atrás, todas las horas, minutos y segundos han sido iguales que el anterior, y que el anterior..
Y sabes que éste asqueroso día no ayuda. No ayuda en absoluto.
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue menos egoísta que lo que llegué a pensar una noche. Pero lo pensé y ahora tendré que aceptarlo. Os lo contaré, pero terminaréis llamando cobarde, o quién sabe qué cosa.."


+ Continuará...

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