21 de septiembre de 2011

¿Capaz o incapaz?

Vacía. Decepcionada. Triste. Angustiada. Asustada. Vencida. Derrotada.

Malditas palabras, malditos números, malditas medias aritméticas, y sus resultados.
Maldigo los cambios de última hora, los precipitados.

Malditas ideas que no llevan a ninguna parte, maldita la hora en que lo decidí así.
Maldigo sus estúpidas ideas.

Malditos juegos.
Maldigo los estúpidos y complicados juegos de adolescentes.

¿Dónde me metí? Maldita sea, malditos espectáculos sin sentido!
Maldigo la hora en que me dejé convencer, la maldigo total y rotundamente.

¿Y ahora qué?, ¿Qué viene ahora?, ¿Qué trampa tendrá preparada el destino para mi ahora?
Malditas dudas, maldita incertidumbre.

Quién tuviera el remedio para cambiar todo esa mierda, eh?

Valientes hijos de puta.



17 de septiembre de 2011

Buenos días, princesa!


Despertar, y sentir su cuerpo bajo mi brazo, su mano junto a la mía.
Una acompasada respiración, interrumpida únicamente por una sonrisa que nace de mis labios al oírle respirar.
Y entonces, un leve movimiento que le sitúa enfrente de mi, abriendo lentamente sus ojos y regalándome la primera mirada tierna del día, la primera sonrisa que me hace estremecer.
Y entonces, un dulce abrazo que desprende infinita ternura, infinito amor.
Y justo después, surge el beso de buenos días. Uno de los besos más sinceros y enamorados que recuerdo.

Así son los despertares a su lado, y aunque puedan ser escasos, no los cambiaría ni por todo el oro del mundo.
La sensación de felicidad que me producen no es comparable a nada.
Y pensándolo bien, eso es el amor.

Es uno de los mejores momentos que compartimos, pero los demás tampoco tienen comparación.

Eres infinitamente increíble. No tengo palabras para describir este sentimiento, porque decirte "te amo" sería un símil mediocre de todo lo que podría llegar a decir.


Eres mi vida, mi vida entera.
Lo mejor que me ha pasado en mis, casi, 18 años de vida.







LLÁMAME, PERO SIN LL.

7210, siempre!



7 de septiembre de 2011

7210(L)





Si le quitas el caparazón a una tortuga, ¿Qué ocurre?
La tortuga queda indefensa, expuesta al peligro.
Algo así me ocurre cuando pienso que puedo perderte. Me siento confusa, pues no sé porque motivo alguien ha quitado mi caparazón. Me siento indefensa, porque tu eres quien cuida de mi y quien me guía, quien sabe como protegerme y mantenerme segura. Me siento expuesta al peligro, ya que tu eres ese caparazón que alegra los días que llueven puesto que la tortuguita no puede mojarse. Quien, como su propia protección, mantiene alejado del sol para no quemarse, pero lo bastante cerca como para no pasar frío.
El caparazón de una tortuga es algo propio de ellas, es una parte de ellas. Y tú, eres una parte de mi, la más importante.


7210, te amo!